Esta charla examina las valencias estéticas y morales de un modelo de abstracción que fue atribuido a Picasso, en las décadas de 1940 y 1950, por una serie de artistas que estaban trabajando en el seno de los movimientos anticoloniales de los países árabes del Mediterráneo oriental (Egipto, Siria, Líbano, Palestina e Irak). Cuando Adham Ismail, Jewad Selim y el teórico Bishr Fares, entre otros, trataron de negociar un punto medio entre los compromisos estatales con el desarrollo científico y los esfuerzos de los artistas por oponer resistencia al ocularcentrismo occidental, adoptaron las “deformaciones” de Picasso como modelo de intuición y separación ontológica del mundo natural. Al hacer un seguimiento de su pensamiento crítico, encontramos un Picasso universalizado, de posguerra, entendido como un mundo propio.